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La competencia limitada en la ineficiencia de la sanidad privada

La competencia limitada en la ineficiencia de la sanidad privada

La información imperfecta reduce el grado efectivo de competencia. Los pacientes potenciales que vean que un médico cobra precios más bajos que sus competidores pueden deducir de ello que este médico no tiene un gran demanda de sus servicios.

Por eso, está tratando de atraer más clientes; pero la falta de demanda de sus servicios también puede hacerles pensar que no es un buen médico.

La heterogeneidad de los servicios médicos dificulta las comparaciones de precio y calidad e impide que se difunda eficazmente la información. Un tratamiento que funciona a una persona no significa que funcione en otra persona.

Actualmente, en algunos Estados de Estados Unidos se permite hacer publicidad de gafas, lo que ha reducido espectacularmente su precio en esos Estados.

Los médicos y hospitales pueden hacer publicidad (en algunos Estados), pero aún no se sabe cómo afectará eso a la competencia (el exceso de publicidad no proporciona mucha información, dado que las diferencias de calidad pueden ser enormes, no sirve de mucho saber cuál es el precio.).

En este caso, puede que sean de mayor utilidad las evaluaciones públicas de los hospitales (número de intervenciones que realizan y sus resultados) y la información accesible sobre la relación entre determinadas intervenciones y los resultados sanitarios.

Los médicos pueden tratar de limitar la competencia de precios como reduciendo sus honorarios. En muchas comunidades pequeñas hay pocos doctores entre los que elegir. En muchas ciudades pequeñas, hay pocos hospitales donde elegir reduciendo también la competencia entre hospitales.

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