Los productos derivados los podemos definir como aquellos instrumentos cuyo precio o valor es función de la cotización de otro/s instrumento/s denominados como activos subyacentes.
Estos activos subyacentes pueden ser acciones, tipos de interés, materias primas, deuda, índices bursátiles, etc., en cualquier caso, derivados de renta variable, de renta fija, derivados de tipos de interés, derivados de materias primas o commodities.
Según la complejidad se suele distinguir aquellas versiones más simples de los derivados, denominados derivados plan vanilla; de los más complejos, denominados derivados exóticos.
Podemos establecer una clasificación de los derivados según el activo que actúa como subyacente:
- Derivados de tipos de interés o renta fija. Cuyo objetivo principal es el protegerse y aprovecharse de la variaciones de los tipos de interés. Dentro de este grupo englobamos tanto instrumentos OTC como FRAs, swaps, Cap, Floor o Collar como opciones y futuros sobre tipos de interés negociados en mercados organizados.
- Derivados de divisas (derivados forex). En estos interviene uno o varios tipos de cambio de monedas.
- Derivados sobre acciones. Opciones y futuros cuyos subyacentes son acciones individuales, índices bursátiles y renta variable.
- Derivados sobre materias primas o commodities (petróleo, oro, …)
- Derivados de crédito, son instrumentos OTC en los que el subyacente representa el riesgo crediticio de un emisor, como pueden ser los Credit Default Swap.
Motivación para contratar productos derivados por parte del inversor:
El principal motivo es que se tratan de instrumentos donde los inversores pueden conseguir la estructura de rendimiento-riesgo que desean, así como gestionar:
- Coberturas de riesgos. Se diseñan instrumentos de cobertura para reducir o anular un riesgo específico que se mantiene en una posición de contado y que puede tener un impacto en la cuenta de resultados.
- La especulación. Son operaciones con un fuerte apalancamiento por lo que tienen un alto valor especulativo.
- Arbitraje. Se aprovecha posibles situaciones anómalas, imperfecciones o ineficiencias producidas en los precios de los mercados combinando compras y ventas simultáneas de un mismo instrumento financiero en diferentes mercados o segmentos de un mismo mercado y sin asumir riesgo.