La RSE está relacionada con la sostenibilidad, y comienza a adquirir importancia y a regularse por los gobiernos a partir de finales de la década de 1980 y a principios de la de 1990.
Está relacionada con la defensa del medio ambiente dentro de la actividad empresarial. No obstante, es un término que se ha externalizado hacia un concepto más ético y económico dentro de la sociedad en la que las empresas desarrollan su actividad.
Las empresas han de centrarse en alcanzar objetivos sostenibles atendiendo a la RSE; ante lo cual es necesario tomar diferente tipos de estrategias en esta materia.
Por tanto, la RSE conglomeraría aquel grupo de obligaciones que tiene con la sociedad y a las que ha de atender. Dada la RSE, la autonomía de la empresa en la toma de decisiones ha disminuido, pues debe atender a los factores medioambientales o éticos.
Ante esto, han surgido los grupos de interés o de decisión (stakeholders); que sería aquel conjunto de personas a las que les afectan la actividad de las empresas, tanto en el presente como en el futuro, siendo los siguientes los sindicatos, los ecologistas y defensores del medioambiente y por último, los grupos de consumidores.
La RSE conglomera las siguientes actuaciones:
- Compromiso con la sociedad en general y con la comunidad local en la que ejercen su actividad, deben comprometerse con el desarrollo económico, social y cultural de la zona generando empleo, evitando el despido y la deslocalización.
- Clima de confianza con los trabajadores, se debe de generar un clima de cooperación, motivación y participación de los trabajadores y una mejora de las condiciones laborales.
- Credibilidad ante clientes y consumidores, ya que las asociaciones de consumidores exigen a las empresas mayor respeto a sus derechos y mayor claridad y fiabilidad de la información proporcionada acerca de los productos.
- Respeto al medio ambiente, se exige a la empresa que utilicen técnicas eficaces para tratar las emisiones y los vertidos contaminantes, la recuperación de materiales, desarrollar estrategias de ahorro energético, la creación de productos más duraderos y envases ecológicos.
Sin embargo, hay empresas que adoptan una actitud pasiva en materia medioambiental porque consideran que se pierde competitividad, sin embargo, una actitud positiva y estratégica con la defensa del medioambiente se considera como una parte fundamental del entorno empresarial.
El medioambiente puede ser también un elemento de diferenciación para un segmento. El desarrollo sostenible trata de garantizar que las actividades económicas para satisfacer las necesidades de los consumidores presentes no pongan en peligro las de generaciones futuras.