Una medida habitualmente utilizada es el número de trabajadores del sector público. Sin embargo, las conclusiones sobre la dimensión del sector público derivadas del número de sus empleados pueden resultar engañosas.
Una aproximación más sensata y generalizada consiste en calibrar la dimensión del sector público a partir de su volumen anual del gasto, que puede clasificarse, fundamentalmente, en tres categorías:
1. Compras de bienes y servicios. El sector público adquiere una gran variedad de artículos.
2. Transferencias de renta a favor de personas, empresas y otras administraciones. El sector público recauda fondos de algunas personas u organizaciones y los transfiere a otras.
3. Pago de intereses. El sector público a menudo recurre al crédito para financiar sus actividades y, como cualquier otro prestatario, debe pagar una contraprestación.
4. Los datos sobre el gasto público son fácilmente accesibles y ampliamente utilizados. En general cuando crece el gasto, los ciudadanos estiman que el peso del sector público ha aumentado y viceversa.
Una de las principales funciones del Estado es establecer el marco jurídico dentro del cual se realizan todas las transacciones económicas. Aparte de eso, sus actividades se dividen en cuatro clases.
1) La producción de bienes y servicios, 2) la regulación y la concesión de subvenciones a la producción privada, 3) la compra de bienes y servicios, desde misiles hasta la recogida de basura, y 4) la redistribución de renta, es decir, la realización de transferencias (como las prestaciones por desempleo) a determinados grupos de personas.
Estas cuatro clases de actividades no es más que una forma cómoda de agrupar la inmensa variedad de actividades que realiza el Estado, pero no corresponde la manera en la que se organiza el presupuesto.
El reconocimiento de las limitaciones del Estado implica que éste debe intervenir únicamente en los campos en los que son más importantes los fallos de mercado y en los que existen pruebas que la intervención del Estado puede suponer una gran mejora, y no agravar la situación.
El Estado debe participar activamente en el mantenimiento del pleno empleo y en la reducción de los peores aspectos de la pobreza, pero la empresa privada debe desempeñar el aspecto más importante en la economía. Se intenta buscar la forma en la cual el Estado y los mercados actúen conjuntamente, reforzándose mutuamente.
Siguen existiendo controversias sobre el grado de intervención del Estado. Las opiniones varían según lo grave que sean los fallos de mercados y la capacidad de solvencia de los gobiernos.
La visión actual del papel del Estado se ha traducido en dos iniciativas concurrentes: la liberalización y la privatización.
Saber qué actividades realiza el sector público y cómo están organizadas. Las actividades del Estado son tan complejas que resulta difícil saber cuales son sus gastos totales y en qué se emplea este dinero. Algunas las llevan a cabo diferentes ministerios u organismos.
Por ejemplo: las investigaciones es financiado, entre otros, por el Ministerio de Defensa, por el Ministerio de Educación y por las universidades. Un Ministerio como el de Trabajo y Seguridad Social, realiza miles de actividades algunas de las cuales sólo están relacionadas vagamente con las demás.
Por otro parte, los impuestos y gastos se recaudan y se efectúan en varias esferas, Gobierno central, Gobiernos regionales y locales.