Planeación agregada (o planeación de la producción). Aborda decisiones como la cantidad de mano de obra (empleados) en una empresa y/o la cantidad de producto/s a producir. Estas decisiones no solo abarcan a empresas que se dedican a las manufacturas, sino también aplica a empresas que ofrecen servicios, ya que éstas tienen, igual que las otras, necesidades de personal. Estas estrategias de planeación se incorporan a las estrategias generales de las compañías, y cuyo papel repercute gran importancia.
En primer lugar, debemos conocer el pronóstico de la demanda de mercado, ya sea de consumo de productos o de servicios. Una buena planeación agregada en un horizonte temporal correcto, más otras variables de la misma estructura interna de la empresa, ayuda a suavizar los cambios en la demanda de los consumidores por cambios en su comportamiento/gustos o cambios en el comportamiento del mercado (nuevos productos, nuevas tecnologías, etc.) reduciendo costes evitables e innecesarios a la organización manteniendo niveles de eficiencia.
La globalización actual, los ambientes dinámicos en los que se mueven las empresas y otros factores están caracterizando a muchas empresas a no producir por ellas mismas sus productos, aunque algunas conservan la producción principal o componentes principales, muchas otras subcontratan la mano de obra y la producción de otros complementos adiciones a empresas, generalmente en el exterior, cuyos costes son más baratos que si la misma empresa los produjera. Por ejemplo, ciertas empresas se han dedicado a la mejora del diseño y la innovación de sus productos sobre el papel y dejando la producción de los mismos a estas fábricas con las que llegan a un acuerdo de producción.
Apple, en la producción de sus iPhones, solicita la producción de muchos de los componentes del mismo a diferentes fábricas del extranjero como puede ser Foxconn o la misma Samsung.
Sea cual sea la estructura productiva de cada empresa, la planeación agregada es una de las decisiones en el entorno macroeconómico más importantes en la alta dirección, permitirá reaccionar con rapidez a cambios anticipados en la demanda y en el tamaño de la fuerza de trabajo. En lo que respecta a la fuerza de trabajo, como todo, tenemos aspectos positivos y negativos, ante la previsión de una contracción inmediata en la demanda, puede resultar rentable (pensar) la reducción de personal durante el próximo trimestre o semestre, esta visión a corto plazo puede parecer correcta. Sin embargo, no hay que descuidar el largo plazo, una vez el mercado se recomponga (si lo hace) se puede necesitar nuevamente de la fuerza de trabajo que anteriormente se restringió, pero ésta puede no estar disponible. En el caso de optar por conservar el nivel de empleados en la plantilla, supongamos una empresa de servicios, puede suponer altos costes y dificultades para cumplir con las nóminas en estos periodos de demanda baja.
La reducción de personal ha de ser meditada, en algunos casos, no te desprendes de un trabajador más, te desprendes de un activo que ha sido valioso para la compañía
Ninguna decisión es fácil y todos ellas conlleva pros y contras. Otro objetivo de una buena planeación agregada es desarrollar un plan de producción en el que la empresa maximice la ganancia sujeto a una serie de restricciones como la capacidad, bien sabemos, que cuando maximizamos beneficios, implícitamente estamos minimizando costes.
Por tanto, podemos sintetizar que el objetivo de la metodología de la planeación agregada es, por medio de unos pronósticos de demanda dados, elaborar un esquema de planificación para niveles de producción y personal durante un horizonte de tiempo determinado; determinar las cantidades de producción agregadas y por tanto, los recursos necesarios para ellos junto con la cantidad de trabajadores. Hemos hablando de esta herramienta, como una variable macro, pero podemos desagregarlas en variables micro que afecten a niveles inferiores organizativos de nuestra compañía.
Este método require de: Una unidad agregada de producción.
Una unidad de producción agregada común para una serie de productos que compartan características entre sí, ejemplos de estas unidades: euros, toneladas de hierro, horas de trabajo por trabajador, etc.
Puede parecer sencillo, pero en algunos casos se puede complicar. Supongamos que se fabrica una gran variedad de productos, una idea es que nuestra unidad agregada de medida sea el valor monetario obtenido en las ventas. Pero este valor no representa el mismo número de unidades de producción para cada artículo, cantidad de horas invertidas para producir los distintos productos no tienen que ser las mismas. Es decir, la producción de cada artículo diferente no tiene porqué representar los mismos costes.
Se recomienda llevar a cabo diferentes jerarquías para obtener el resultado más óptimo posible. Según Hax y Meal, proponen el siguiente:
a) Artículos (UA, unidad de almacenamiento). Serán los productos finales entregados a los clientes.
b) Familias. Grupo de artículos que comparten costes comunes.
c) Tipos. Grupos de familias que sus cantidades de producción se determinan en el mismo plan agregado de producción.
Los planes agregados pueden desarrollarse para semanas, un mes, trimestres o años.
Hablemos de aspectos relacionados con el problema de planeación agregada:
- Suavizamiento. Costes asociados a cambiar los niveles de fuerza de trabajo entre periodos. Coste de despedir y contratar trabajadores, estos son difíciles de cuantificar en algunos casos, pueden afectar negativamente a la imagen de la empresa o puede darse el caso que la empresa esté limitada en la toma de estas decisiones por convenios laborales.
- Cuellos de botella. Básicamente, es la incapacidad de la planta de la empresa para hacer frente a cambios repentinos en la demanda.
- Horizonte temporal de la planeación. Si el periodo es corto, puede generar problemas de producción posteriores a la planeación. Si los periodos son muy largos, es probable que los pronósticos sean imprecisos/poco estables.
- Supuesto de demanda conocida. Lo negativo de esto es que no tiene en cuenta los errores de pronóstico (que sí existen).
Como hemos dicho anteriormente, cuando se maximizan beneficios se minimizan costes, los costes en los que podemos incurrir desarrollando esta metodología son los siguientes:
- Costes de suavizamiento (que hemos definido anteriormente). Ejemplos: anuncios para nuevos puestos, entrevistas, realización de los contratos, indemnizaciones de despidos, efecto en la imagen de la compañía, etc.
- Costes de inventarios. Inversión en instalaciones y gastos de suministros, en caso de alquiler, gastos en alquiler, personal para el mantenimiento y gestión de los almacenes, etc.
- Costes faltantes. Se incurren por un nivel negativo en los inventarios. Costes asociados, por ejemplo, a lo que se denomina como “ventas perdidas”. Posible solución: stocks de seguridad o realización de pronósticos más estables.
- Costes de tiempo regular. Coste de producción/unidad de producto por horas normales de trabajo. Ejemplos: coste plantilla o costes de los materiales.
- Costes tiempo extra y subcontratación. No se producen en el horario laboral normal. Ejemplo: horas extras o subcontratación de un proveedor externo.
- Costes tiempo libre. Ejemplo: En el proceso productivo, el tiempo libre de la línea por espera al producto que se encuentra en un paso anterior o posterior puede suponer elevados costes, se para una parte del proceso productivo (cadena de montaje).