La eficiencia es entendida como la relación entre los recursos empleados y su coste e implica competir contra sí misma. La eficiencia es un esfuerzo de superación en el trabajo interno que la empresa desarrolla. Es la relación entre los outputs y los inputs. El incremento de la complejidad y turbulencia del entorno hacen que la eficiencia sea una condición necesario aunque no suficiente, se requiere además de la eficacia.
Por otro lado, la eficacia es la medida en que se alcanzan los objetivos establecidos por la empresa, basada en la relación outputs logrados, outputs deseados.
“Los cambios que afectan a la relación entre la empresa y su entorno, afectan principalmente a la eficiencia de la empresa”.
Ser eficaz es una medida de competitividad externa, mientras que la eficiencia es una medida de competitividad interna. Teóricamente una empresa con una competitividad externa aceptable podría optar por dos opciones para basar su competitividad futura:
- La mejora de la eficacia, buscando oportunidades de mercado y generando nuevos productos, entrando en nuevos negocios.
- La mejora de la eficiencia, aplicando medidas de optimización del crecimiento de los recursos disponibles.
“Hacer las cosas correctas implica una conducta eficaz y hacer las cosas correctamente implica una conducta eficiente”
El concepto de competitividad está ligado al desarrollo de un enfoque estratégico en la empresa, una orientación a la eficacia. Ser eficaz es tener una actitud estratégica.